domingo, julio 25, 2010

Ximena Ossandon, la patroncita.


Soy madre de un niño de 2 años y 10 meses que asiste diariamente a un jardín infantil privado acreditado por la JUNJI. Si bien no es estatal, el jardín de mi hijo cumple con todas las regulaciones de la junta que tú presides (permíteme tutearte). Fuera de eso, ofrece tres posibilidades de horario 1.Media jornada, de 8:30 a 12: 30 (sin almuerzo) 2. Jornada extendida hasta las 3:30 (con o sin merienda) 3. Jornada completa hasta las 5:00.

Mi hijo va diariamente a su jardín hasta las 3 de la tarde. Durante la mañana yo trabajo como periodista free-lance, escribo ficción (lo cual lamentablemente no es considerado un trabajo propiamente tal) y cuido a mi bebé de 5 meses.

Quiero comentar un par de cosas sobre tu idea de acortar (o flexibilizar) los horarios de atención de los jardines de la JUNJI. Para no caer en malentendidos, cito tus razones: “La idea es que el jardín nunca reemplace a la mamá ni a la familia. Cuando la mamá pueda estar con su niño, que esté, pero cuando decida irse a tomar, ir a la playa o a tomar un café con una amiga dejando al niño en nuestras salas, eso es lo que nosotros tenemos que evitar”.

Como madre de 9 hijos, deberías saber querida Ximena, lo que es la crianza. Además tal como declaraste en una radio, sólo cuentas con “una nana y media” o “medio pollo” (no sabía que ahora las asesoras del hogar venían por mitades), y no 4 como se dijo, lo que me hace pensar que tu rutina maternal no dista demasiado de la película La Novicia Rebelde. Por lo tanto, como madre abnegada, sabrás que nadie inscribe un niño a un jardín porque le de lata hacerse cargo de él, quiera irse un viernes en la tarde a Zapallar o tomar pisco souer con las amigas.

María José Viera Gallo, extracto carta abierta.