sábado, octubre 15, 2011

Cállate Paulsen

La queja de siempre “el monopolio de la opinión”, de los medios escrito ni hablar de la televisión Chilena (señal abierta y bueno la dirigida en cable ídem “basura total”), lo que nos va quedando son las radio emisoras, con mucha entrada en las casa de la gente y con niveles de aprobación y credibilidad que ya se quisiera un político.

Soy un radio escucha total, por mi trabajo y dedicación a la pantalla o al tablero esto de la TV no me cuadra, el radio me viene de pelos, la escucho mientras realizo mis labores, me entretienen y complementan mi día.


Chile esta “movilizado” por usar una idea, y me parece tan alegre los acontecimientos, la gente, creo estuvo y estuvimos demasiado entregados a los hechos sin decir “ni chus, ni mus”. Apoyar esta idea de una sociedad que se empodera y hace cargo de los temas ciudadanos me perece tan propio de nuestros tiempos y bueno le toco a este gobierno que la olla explotara, que los periodistas y analistas que se enfrentan a la realidad, son ellos los que toman el pulso a diario a los acontecimientos, “opinen” a favor o en contra es de lo mas natural o debiera serlo.


Existe un ejército de patanes pagados para desacreditar a quienes ponen en duda el “modelo” ni duda y solo un par de disidente o voces que rara vez opinan a favor o mas bien exponen las razones de los movilizados frente a las razones del poder en justo equilibrio, esto es tan extraño en Chile, cuando quienes tienen el poder “ordenan” defender la posición oficial el ejercito de opinadores, columnistas y noteros rápidamente copan los espacios de los medios, las voces que sean capaces de entregar una mirada distinta de la oficial es rápidamente ahogada.


Hoy con las redes sociales y medios alternativos capaces de replicar ideas distintas, tan fuera del alcance de los “grandes medios” y su pesada estructura son como avispas picando a un buey.


Fernando Paulsen el hombre que ilustro hoy un periodista avezado en esto de dar opiniones y argumentarlas, esta dando un dolor de cabeza a las autoridades y los perros guardianes de lo “oficial” le ladran ¡CALLATE PAULSEN! desde distintas esquinas de la perrera.